La difusión de un nuevo producto es un proceso de comunicación y aceptación el producto por el mercado a lo largo del tiempo (Bennet, 1988). Supone dar a conocer la existencia, características y ventajas del producto. Este proceso de comunicación puede llevarse a cabo bien de modo verbal y personal, por medio de los vendedores de la empresa o de los propios usuarios del producto, que transmiten sus conocimientos y experiencias a los no usuarios, o bien de modo impersonal, a través de los medios de comunicación de masas, utilizando la publicidad u otro tipo de información.
Una innovación puede tener un proceso de difusión de duración muy distinta según el cambio de hábitos que implique la adopción del producto y el esfuerzo de aprendizaje y adaptación que requiera su uso. Si el producto nuevo es una mejora de otro anterior, como, por ejemplo, el televisor en color, respecto del televisor en blanco y negro, el proceso de adopción puede ser muy rápido, porque no requiere un cambio sustancial en los hábitos sociales ni un esfuerzo de adaptación. Por el contrario, si el producto es realmente una novedad para el mercado, y su utilización implica un cambio de costumbres del consumidor, como fue en su día el televisor en blanco y negro y más recientemente el vídeo, el proceso de difusión será mucho más largo.
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