Nuevo producto |
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El concepto de producto nuevo debe estar basado en el punto de vista del comprador, es decir, en cómo lo percibe. Para que el producto nuevo sea aceptado por el mercado debe presentar alguna diferencia significativa con respecto a los demás existentes, debe aportar alguna nueva idea no experimentada (Davidson, 1976). En definitiva, un producto, para hacerse un hueco en el mercado, debe satisfacer alguna necesidad o deseo total o parcialmente no atendido. |
Un producto nuevo no tiene por qué se necesariamente un gran invento, como el televisor, el vídeo o el fax. A veces puede ser algo tan simple como el papel autoadhesivo para notas “Post-it” de 3M, o la humilde, pero útil, “fregona” (inventada en 1956 por el ingeniero español Manuel Jalón), que permite fregar los suelos con un palo y escurrir el fleco en el propio cubo (Rosés, 1989), y que figura en el Museo de Artes Decorativas de Barcelona, como una muestra relevante del diseño industrial. También un nuevo producto puede tratarse de un nuevo servicio, como el “leasing” o un fondo de inversión con rentabilidad garantizada. |